La doncella que viajó al planeta Final Fantasy VII - Parte III

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Capítulo 6

- Ja Ja Ja... -

Aeris se detuvo en su camino mientras oía una risa que le provocaba escalofríos. Aun cuando Cloud y los otros luchaban para encontrar un modo de adentrarse en el Cráter del Norte en la superficie, ella continuaba viajando a través de la Corriente Vital, tratando de encontrar alguna brecha en la barrera de Sephiroth o algo abierto que le permitiera liberar al oprimido Sagrado. Pero no encontró ninguna. Habiendo revelado por completo los poderes de Jénova, Sephiroth estaba protegiendo firmemente el Cráter que iba a ser su capullo, especialmente de cualquier forma que proviniera de la Corriente Vital. Haciéndolo, él podía evitar la voluntad del Planeta que había crecido receloso de Jénova en todos estos años, y esconderse de los ojos de las Armas, que fueron creadas para expulsar cualquier cuerpo extraño del Planeta.

Si Sagrado no funcionaba a tiempo, entonces... Justo cuando Aeris empezó a pensar en la situación, la risa surgió de nuevo. Una nueva alma había caído dentro del Mar de Mako. Aquel era un hombre ligeramente jorobado, con una bata de laboratorio, quién tenía una cara cubierta con venas, nervios y una perturbada risa... Originalmente, bajo la autoridad de Shinra, él era un científico loco que practicaba experimentos humanos de escasa ética repetidamente. Hojo prestó lentamente su atención hacia Aeris.

- Profesor Hojo... –

- Ah, la hija de los Ancianos. Ya veo. Mientras los Cetra posean la voluntad del poder podrán existir en la Corriente Vital sin dejar que sus conciencias desaparezcan. Sólo pierden la habilidad de ser humanos... Jajaja, podría decirse que muy semejantes a Sephiroth y Jénova. -

- No me compares con ellos. Ni siquiera recuerdas mi nombre. -

- Eso no importa. Es mucho más apropiado llamarte el último vestigio de los Ancestros que cualquier otro nombre, ya que ése refleja tu verdadera y única naturaleza. Ah, sí, tu distinción en mis muestras junto a mi enumeración habría sido suficiente para distinguirte... -

- ¿Acaso son los humanos y todas las cosas vivas sólo sujetos de pruebas para ti? ¿No has cambiado aun cuando permaneces aquí como un espíritu? -

- Jajajaja... ¡Kyaaa jajaja!

Como si le hubieran contado una broma divertida, Hojo rio altamente, como si estuviese poseído.

- ... Jejejeje. No, yo he cambiado. Cambié mucho poco antes de caer en esta Corriente Vital. No lo entiendes ¿No? Ah, esta bata de laboratorio me está estorbando. -

Hojo posó sus dedos en la bata que llevaba puesta y se la arrancó vigorosamente. La imagen de su bata fue arrancada en miles de pedazos, volando sin ton ni son como plumas, exponiendo el cuerpo de carne que estaba oculto debajo.

- ... ¡! -

Aeris jadeó. El cuerpo ante ella no era humano, sino que estaba compuesto de células de Jénova, una señal que había visto muchas veces. Hojo había se había cansado de experimentar con los cuerpos de otros y se había expuesto él mismo como sujeto de sus experimentos corruptos.

- Jeejeejee. En otras palabras, ahora no soy distinto de un recipiente. Ni siquiera tú imaginaste nunca que había cambiado tanto ¿Verdad? -

- Qué has hecho... ¿Has entregado tu humanidad, Profesor Hojo? Has corrompido tanto tu alma que nunca serás capaz de volver al Planeta... -

- La Corriente Vital... El ciclo de la vida... Voluntad del Planeta... Todo eso no es más importante que uñas clavándose en mí. Lo que es realmente importante para mí es averiguar cómo la lejana ciencia puede ir sobrepasando la naturaleza y el sistema del planeta. Si puedo satisfacer mis ambiciones supremas entonces no tengo inconvenientes en perder mi humanidad. ¡No me importa lo que le suceda al planeta mientras pueda demostrar mis teorías sobre el comienzo de Jénova! -

Los pensamientos que Hojo emitía eran pura locura y esa no era la locura que Dyne necesitaba para ser intoxicado. A diferencia de las ambiciones del Presidente Shinra, el último punto de su propósito era la certera destrucción. Hojo era como un cadáver viviente. Había sido esclavo del conocimiento, poseído por su propia locura por la ciencia, con ningún propósito de vida o de su futuro.

- Ahora esas pruebas que tengo han sobrepasado de lejos las del Profesor Gast, quién fue reconocido por su talento, aún a pesar de que él intentó alejarse de la ciencia como el cobarde que era. Si Gast estuviese ahora al mando del Proyecto Jénova, seguramente no habría alcanzado este estado... Jaja, sí, el Profesor Gast era tu padre ¿No es así? -

- ... Mi padre se dió cuenta de que el planeta era más importante que la ciencia. -

Aeris lo descubrió cuando los recuerdos de Tifa y Cloud se unieron a la Corriente Vital cuando ellos cayeron. También averiguó que fue Hojo quién disparó a su padre cuando él trataba de detenerle de cogerla como recipiente recién nacido.

- Je, ese fue el límite de Gast. Detenerse y no hacer lo que es conveniente era una blasfemia para la ciencia... Es hora de que nuestra charla termine. -

Sin demostrar el mínimo asomo de culpa, Hojo volteó su cabeza en dirección del Cráter del Norte en la distancia.

- Mi hijo, la ley de Jénova, me está llamando. Está pidiendo más energía de la vida. Jajaja, desearía ofrecerme. Entonces él será uno conmigo, aquel a quién más odió y despreció. Esa será nuestra unión. -

Hojo, quién se había unido a Jénova, fue desapareciendo al igual que el Presidente Shinra lo hiciera antes. Riendo felizmente con locura, fue absorbido hacia el fondo de la gravedad.

- Déjame darte una última pieza de advertencia, Ancestro. No importa lo que hagas, eso será inútil. Todo es parte del sistema del Planeta. Muchas entidades del exterior caen desde los cielos dentro del ciclo de vida del Planeta y ahora Jénova está ahí. ¿Así que dónde irá su alma? Incluso si intentas destruirla, nunca desaparecerá. Se ha unido al Mar de Mako, moviéndose por cada parte del Planeta a través de la Corriente Vital. Un día, toda tu voluntad tendrá que vivir como parte de Jénova. Jajaja... Solo es cuestión de saber cuándo sucederá. -

- ¡No dejaré que eso pase! -

- También tú lo entenderás algún día ¡Jajajajaja! -

Dejando solo su risa estridente, la cosa que era Hojo desapareció fuera de la conciencia de Aeris. Y Hojo empezó a ser entonces un sacrificio para Sephiroth, con una expresión muerta de disfrute y locura. Hasta el último momento antes de que su alma fuese llevada, no mostró arrepentimiento o pena.

Aeris sabía que la muerte de Hojo significaba el fin de Shinra; en ese caso, la batalla decisiva de Cloud se visualizaba cercana. Ella comenzó a correr; si Hojo podía morir para apoyar a Sephiroth entonces debía haber algo que ellos pudieran hacer para salvar al Planeta... O eso era lo que ella creía.

Capítulo Final

Cloud y sus amigos derrotaron a Sephiroth; hundiéndose dentro de la cicatriz del Planeta y absorbiendo la energía Mako, el Sephiroth original fue revivido con sus heridas completamente curadas. En la batalla que vino después, la voluntad que heredó de Jénova, sus propias ambiciones y todos los pensamientos fuertes que guardaba dentro le adjudicaron un poder formidable, pero al final los humanos aún intentaban derrotarlo. El cuerpo físico de Sephiroth fue destruido y, lleno de heridas, él se retiró. Pero solo Cloud sabía sobre su marcha. Habiendo sido expuesto a las células de Jénova, había pedazos de la conciencia de Sephiroth en él... Parte de su conciencia se retiró con él. Cloud podía sentir la presencia de su vestigio en algún lugar dentro de la Corriente Vital, que continuaba obstruyendo a Sagrado incluso en esos momentos.

Dejando que sólo su conciencia entrara en el Mar de Mako, Cloud fue en su busca. Yendo a través de las corrientes, su mayor enemigo estaba esperándole; el alma de Sephiroth no estaba destruida aún y seguía siendo una amenaza para el Planeta.

En el mundo de la energía consciente, sus espadas chocaron mientras se enfrentaban. Sephiroth, el SOLDADO más fuerte y la persona más admirada, arrancó su larga espada hacia Cloud como un brillo de luz. Pero Cloud no estaba asustado; creyendo que él había ganado, Sephiroth elevó su larga espada para su próximo golpe y en ese instante, Cloud fue hacia él desbloqueando toda la fuerza que poseía. Su gran espada rasgó el cuerpo de Sephiroth durante la breve apertura. Su ataque trajo otra oportunidad para él mientras se dirigía hacia Sephiroth de nuevo. Aquello fue una imparable tormenta de golpes... quince ataques imparables, uno tras otro, cortaron en rebanadas a Sephiroth.

El loco ángel apostólico sonrió descaradamente. Pero los daños que había sufrido estaban lejos de lo que podía soportar y su cuerpo espiritual comenzó a caer mientras reía. Rayos de luz salieron desde dentro de su cuerpo como si estuvieran cortándole... Sephiroth había sido destruido. La pesadilla de Cloud, que había estado continuando desde hace cinco años en Nibelheim, llegó por fin a su final.

Entonces, Sagrado, que ya no se encontraba obstruido, entró inmediatamente en acción. Esta vez, Cloud había sido separado de su cuerpo y estaba ahora en un estado distraído, pero en el abismo del mundo de Mako, él vio una mano que le guiaba. Era blanca y delicada... Le recordó a la mano que le había entregado una flor en Midgar.

Inconscientemente, él estiró su mano... Su conciencia regresó a su cuerpo y Tifa le tendía su mano mientras el suelo se hundió bajo ellos.

Si la mano no hubiese estado ahí para guiarlo, entonces ahora estaría en el fondo del Hades. Eso fue en el momento oportuno; Cloud se dio cuenta de que había sido salvado.

Pero era demasiado tarde; Midgar estaba a punto de ser el punto de impacto del Meteorito desde los cielos, que se encontraba demasiado cerca del suelo. La fuerza de gravedad entre el Planeta y el enorme meteorito levantó torbellinos que revolvían sin piedad en el centro de la ciudad superior. Como resultado, la energía de Sagrado, que se interpuso entre el Planeta y el meteorito, solo incrementó el poder destructivo entre los dos en lugar de tener el efecto que supuestamente debería tener.

En esta situación, los residentes de Midgar se refugiaron en los barrios bajos de los suburbios; pero el planeta se dañaría de tal manera, que el daño estaría lejos de recuperarse. El plan de Sephiroth pudo ser impedido, pero todos sabían que lo peor estaba por llegar… el Planeta sabía que este era su final.

- ¡Ahora todos, prestadme vuestro poder! - Gritó Aeris.

Las ondas de sus pensamientos, expandidos por el Mar de energía Mako, llevo a la Corriente Vital a ser esparcida a través del Planeta.

- ¡Yo no puedo hacer esto sola; permitidme que proteja todo el Planeta! -

El grito del último Cetra sacudió los innumerables conocimientos que ella había despertado durante su viaje. El Planeta entero, consciente de ello, se despertó. Por supuesto, entre ellos estaban también aquellos cuyos conocimientos se suspendieron para sus expiaciones por sus pecados. Con su fuerza, combinada junto a la de los demás, lograron finalmente controlar la enorme energía del Planeta.

- ¡He estado esperando por esto! - Grito Zack con fiereza. - ¡Vamos a encender la mecha y a hacer volar por los aires ese meteorito de un estallido! -

- ¡Este es el turno de la División de Avalancha en la Corriente Vital! - Exclamo Wedge - ¡Ahora que Barret no está aquí, yo soy el líder! -

- ¡Noooooo! – Refunfuñó Biggs - ¡Yo también quiero ser el líder! ¡Eso es muy injusto Wedge! -

- Vosotros chicos nunca sois serios, incluso a pesar de que sois compañeros de Barret. – Dijo Jesse. - Vamos a abordarlo seriamente y a hacerlo por Marlene. -

Bajo sus comandos, incontables corrientes de luz aparecieron en la superficie, intercambiándose con la Corriente Vital. Después cubrieron el Planeta, protegiéndolo como una red, aquello se deslizó por encima de Meteorito y empujó de vuelta el ariete proveniente del espacio exterior. El movimiento de luz era como una Valquiria liderando su ejército inmortal, atravesando los cielos.

- Hey, Aeris – Dijo Zack. - ¿Viste como Cloud terminó el combate contra Sephiroth? -

Zack guiaba su energía dentro de la segunda ola mientras meteorito estaba perdiendo y siendo devuelto; estaba perdiendo su fuerza.

- Esa era una de mis viejas técnicas de espada ¿No te ha encantado verlo de nuevo? -

Con suficiente espacio, Sagrado empezaba ahora a hacer efecto. Actuando como barrera, las partes del meteorito que entraron en contacto con eso fueron eliminadas en polvo y fue devuelto al espacio. Meteorito ya no era una amenaza para el Planeta y ahora solo estaba esperando indefenso ser destruido. El Planeta había evitado su destrucción; los pensamientos de Aeris se liberaron.

A bordo de Viento Fuerte, Cloud lo vio todo; igual que hicieron Tifa, Barret y los otros. Ellos vieron la sonrisa de Aeris, que nunca dejó sus memorias, apareciendo en la Corriente Vital y, suavemente, se desvaneció como volviendo de nuevo al Planeta. Cuando el tiempo empezó a moverse otra vez para el planeta, sus tristezas se curaron un poco.

Y así, los registros de la vida, que el Planeta creó, continuaron; continuaron en el nacimiento de una nueva era…